¿SPORT BOYS O LOS JUGADORES?

Todo club de futbol profesional siempre es representado por un grupo de jugadores quienes defienden los colores del mismo en la cancha de futbol. Más allá de cualquier inconveniente ocasionado por terceros, en la ley del futbolista existe la ética y profesionalismo, donde en tiempos pasados el amor propio a la camiseta pesaba mucho más que el amor al dinero. Los tiempos han cambiado, las nuevas tendencias y las nuevas reglas de juego, obligan al futbolista a tener más derechos laborales en la práctica de futbol. En esas circunstancias, clubes quebrados técnicamente como el nuestro, cada vez más serán perjudicados en este nuevo mundo ya que están obligados a cumplir con sus empleados sin tener un soporte económico en azul para contrarrestar ello.

Esta situación es la que tiene Sport Boys desde hace una década, con historias casi conocidas en cada temporada, un inicio entusiasta, primeros triunfos, panorama prometedor, pasivos de años anteriores, primeros desbalances económicos,  quejas, huelgas, puntos perdidos, publicaciones amarillistas y todos los ingredientes que suman a una mala campaña (con excepciones como la del 2009) y nuestra imagen de club llevada por los suelos.

En Zona Rosada mantenemos una posición que la prioridad del hincha rosado debe ser defender todos los intereses del mismo Club Sport Boys Associatión por encima de todos. En la actualidad esto no es un fiel reflejo para nuestra institución, debido a que ante la gran crisis económica de esta última década, se ha acostumbrado a que el jugador de futbol se sienta blindado ante esta situación, se ha acostumbrado a que el jugador de futbol no rinda al 100% de sus cualidades futbolísticas excusando a que no recibe sus haberes al día, posiblemente estén en todo su derecho, pero nuestra institución siempre termina perjudicada.

Nuestra posición de priorizar la defensa de los intereses del Club Sport Boys Association por encima de sus jugadores se basa en que cada temporada ocurre la misma situación y este 2013 no fue la excepción, al inicio de temporada los jugadores posaban con su carnet de socio, proclamaban su amor a la camiseta rosada y prometían al hincha el ascenso, con el correr de las fechas venían las derrotas y se excusaban por la falta de pago, venían los triunfos y el silencio era cómplice, hasta que los grupos populistas tomaron partido y aprovechando los meses de deuda propiciaron el famoso "berrinche colectivo" del sábado 6 de julio, donde estando punteros nos negamos a viajar a Puno si no renunciaba la Administración Temporal del club. Esta acción con amplio desconocimiento de las reglas, de la ley y sin saber que esto nos dejaría acéfalo en pleno torneo en marcha, propició nuestra caída libre que semanas después nos pudo haber costado nuestro descenso a Liga,  es decir, de estar punteros a solo minutos de desaparecer del futbol peruano.

Indiferentemente a lo que se haga, uno debería reflexionar y ponerse a pensar si es hincha del Sport Boys o hincha de los jugadores; es hincha del club y su desarrollo o hincha de Leandro Franco y sus autógrafos; es hincha de la camiseta rosada o es hincha de comerse un ceviche con Ardiles y Vera. Este 2013 ha sido el reflejo de que hubieron muchos intereses personales de varias personas para asumir roles que no les corresponde como hincha y aprovecharse de la incapacidad de la actual administración para autoproclamarse como los salvadores populistas sin serlo y defendiendo a personajes que no lo merecían, no es normal que se defienda a un jugador como Leandro Franco que prometía a los cuatros vientos el ascenso, que se hizo socio del club, que utilizo su facebook para publicitar su marca de vestimenta, que llevo la bandera rosada en forma populista por todo el Grau y que en la primera nos metió un puñal a todos con declaraciones ante la prensa donde difundía todos los problemas internos del club (por este hecho lo sacaron de Cristal) y el inicio de la crisis aun sin serlo, ya que en ese entonces oficialmente solo se debía una quincena y justamente Leandro Franco era el más pagado (6 mil dólares mensuales) y al que menos debían.

Obviamente hay una responsabilidad directa de esta situación, que anteriormente la tenían los dirigentes de turno y hoy la Administración Temporal, ya que son las cabezas visibles del club, eso se tiene claro, pero se ha acostumbrado a que se victimice al jugador con esta situación y hay un aprovechamiento por parte de algunos grupos rosados para meter más "leña al fuego" como la que sucedió el sábado 6 de julio previo al viaje a Puno, que al final terminan perjudicando al mismo Sport Boys.

Nosotros respetamos los derechos de los jugadores, es más,  si se les debe algo, pues la institución y la Administración Temporal esta en toda su obligación de pagar, pero nunca, ojo, nunca pondremos las manos al fuego por ellos, ya que se han generado algunas situaciones no acorde al profesionalismo y ética que debería tener todo jugador de futbol. Se sabe públicamente cual es la situación del Sport Boys, el jugador sabe a qué tipo de club llega y las limitaciones que se presentan durante el año a causa de esta crisis originada por gestiones anteriores y que la actual tampoco ha sabido superar e incluso empeorar. En esas circunstancias los jugadores deben formar parte de la solución mas no del problema, saber que cualquier declaración o publicación en contra aumenta el desprestigio del club, una imagen de un jugador vendiendo hamburguesas o recolectando dinero con latitas rompe muchísimo mas nuestra imagen ante todos, los empresarios ven esta situación y se espantan inmediatamente.

Lo sucedido el sábado 6 de julio previo viaje a Puno, fue la bisagra de este 2013, que determinó con las semanas posteriores que no ascendiéramos a primera. Lo que vino después fue una etapa de crisis bien aprovechada y un blindaje de cierto sector de la hinchada con mensajes cómplices como "A los jugadores no se les puede reprochar nada", "Ellos sacan la cara por el club" "Muchas gracias por jugar" muy respetables por cierto, pero que asumimos que más allá de cualquier desfase deportivo ante las penurias económicas, el profesionalismo estaba por encima de todo y se tendría que ver reflejado en la cancha tal como se demostró al ganarle sorpresivamente a Alfonso Ugarte con 9 hombres, al empatar en Arequipa y Cañete y al vencer al Municipal en Villa el Salvador y Minero en Matucana, en similares circunstancias para vencer a Caimanes en el Callao, cosa que extrañamente no se logró, que de alguna forma, sin ir mas a detalles y conociendo el "juego sucio" peruano, se puede malinterpretar a situaciones no acorde a un club profesional, sumado a declaraciones dadas por algunos jugadores rosados como Mario Ceballos donde manifestó públicamente, después del partido ante Alfonso Ugarte, que fue fueron incentivados para ganar y que alimentan cualquier hipótesis de artimañas procreadas por intereses de terceros.

Todo lo mencionado nos brinda una idea general que por cada situación generada, hoy en día el futbolista tiene más beneficios que los propios clubes, al final Leandro Franco y sus colegas terminarán cobrando su deuda, no directamente, pero sí mediante una denuncia ante SAFAP y reciben su pago por los meses donde su accionar no se dió al máximo excusándose de las penurias económicas que en su momento fueron causas de pérdidas de puntaje para nuestro club. En síntesis, los jugadores recuperan su dinero, pero al Club Sport Boys Association no le devolverán los puntos quitados, aun no recupera la categoría perdida y quizás nunca recupere la condición de grande.

Esta situación hay que tenerla en cuenta para el 2014, con los  errores identificados y asumidos como tal, el camino conlleva a superarlos, proyectándonos a un plantel acorde a nuestras posibilidades , que prioricen su profesionalismo por encima del populismo y el compromiso a los objetivos del club.

“Los jugadores pasan, la institución queda”.

Por Sandro Lopez

Vamos Boys!!